EL Chisme, una plaga silenciosa.
El chisme es una manifestación general muy interesante porque surge de la necesidad de comunicar algo, pero en ocasiones alcanza otras proporciones y puede ser devastador. Puede oscilar desde una simple crítica hasta la invención de toda una patraña en torno a determinado asunto o persona.
El chismoso recurre a intrigas y comentarios falsos, y esto es debido a que esta persona padece gran angustia e inseguridad, siempre está alerta planeando nuevos chismes porque le da pavor que sus ataques le sean devueltos, lo cual no solamente lo convierte en peligroso, sino que lo motiva a dañar, porque en su mente se generan una serie de presunciones destructivas que lo hacen pensar que si el no es feliz, los demás no tienen derecho a serlo o, que la otra persona no merece lo que tiene, por poner algunos ejemplos.
Lamentablemente el chismoso se muestra amigable, lo que hace imposible predecir cuando y donde seremos atacados. La envidia, la agresividad reprimida y cualquier crisis existencial que te impulsa a proyectar la falta de sentido de la vida en el otro, pueden ser ingredientes activos para los chismes, porque sirven para escudar los propios fracasos.
¿Por qué hay personas que elaboran chismes?
Desde el punto de vista psicológico todo proviene de la infancia, por ejemplo, si un niño siempre fue desacreditado, o humillado, mostrará inseguridad, rencor y envidia, por lo que utilizará todos sus talentos y capacidades para que los demás sean infelices. Por estas razones, quienes poseen inteligencia, destreza o gracia, son comúnmente objeto de chismes que buscan deshonrarlos frente a la colectividad con el propósito de arruinar la posición social que ocupan a consecuencia de la simpatía, admiración, confianza o respeto del público.
¿Cómo neutralizar a un chismoso?
Conociendo que las personas que trasmiten chismes sobre ti u otros, están padeciendo de problemas serios y que no existe otra explicación para sus chismes que no sea un desequilibrio emocional que afecta el comportamiento del chismoso, no lo escuches. Si en realidad sientes preocupación por alguien que está pasando por alguna situación difícil, procura ayudar auténticamente, en vez de llevar y traer información. Corta el chisme de raíz. Cambia el tema de la conversación con firmeza y cortesía. Practica “el Triple Filtro de Sócrates”: identifica la verdad, ¿es cierta la información?; identifica la bondad, ¿es algo bueno lo que vas a decir?; identifica la utilidad, ¿me va a ser útil? Si no cumple con los tres criterios, entonces ¿para qué escucharlo?
Favorablemente la verdad siempre sale a la luz, pero es esencial la resolución y firmeza: A un chismoso no hay que contarle nada y no permitas que hable de personas que no están presentes.
Y si te enteras de que alguien ha gastado su preciado tiempo elaborando chismes sobre ti, acógete a estos viejos refranes: “Agua que no has de beber, déjala correr”, “Palabras necias, oídos sordos”. Siéntete orgulloso de que otros hablen de ti, significa que para ellos tu vida es mas importante que la suya propia.
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